Hace un tiempo comenté que con Juan Sottile hicimos un trabajo para la facultad titulado "El Nuevo Derecho Intelectual", y dije que lo iba a publicar. He aquí, larguito, la parte relevante del trabajo final que nos dejó con un 9 (nueve) en el bolsillo! Reproduzcan y cambien lo que quieran: Está bajo licencia CopyLeft.






Factores que lo generaron               

El derecho intelectual atraviesa una resignificación de las producciones simbólicas. Un replanteo que apunta a la proliferación de contenidos, más allá de las leyes que rigen el mercado actual. Busca un nuevo mundo cultural, donde las  ideas no se vean opacadas por la publicidad o por el marketing.
 Estas formas de ver la producción nacen a la luz de las tecnologías informáticas de la última década. Puntualmente, con la formación de la más grande red de comunicaciones de alcance global: internet. Gracias a la web, millones de personas tuvieron acceso fácil e inmediato a una cantidad extensa y diversa de información en línea. Así, con la idea de una conexión gratuita y mundial, surgieron los llamados “Freewares” o sistemas operativos libres (Open-Source o “S.E.D.A.”), como por ejemplo: GNU, Linux, Mozilla o Google Chrome, siendo estos últimos los más empleados para la navegación en internet.
Se atraviesa, en esta época, un proceso donde lo libre es visto con muy buenos ojos. La iniciativa de dejar en manos del consumidor el pago o el soporte del trabajo en lugar de presionarlo con un “o lo paga o no lo tiene” desplazó la concepción mercantilista o capitalista por una totalmente nueva. El dinero no sirve ahora para conseguir el producto, no sirve para habilitar un software o un escrito. Es una especie de agradecimiento y soporte financiero. Una especie de mecenas 2.0, donde es muy común oír críticas de algo que es pago, y recibe muchas menos descargas (y con ello dinero de donaciones) que otra que está liberada al barrio de los ceros y unos.
Toda esta realidad se da gracias a la población de internet. A la accesibilidad de muchos más usuarios de distintos ámbitos, y a la simplificación de ciertas plataformas, además de la diversidad que puede haber entre distintos formatos. Internet ahora está repleto de gente que tiene ideas diferentes de lugares muy lejanos entre sí, que comparten y colaboran en la conformación de un beneficio y un servicio libre y gratuito para la comunidad.
Hernán Casciari lo representa muy bien en su texto “Los Justos

Dudas y críticas al nuevo concepto

Fácilmente podemos distinguir los beneficios y las desventajas de esta ideología. Lo que salta a la vista de inmediato: “Que no exista la publicidad o el pago directo por un programa o texto hace que el sustento sea imposible o muy complicado.” Difícilmente esto sea verdad, por lo menos si el producto vale o sirve de algo para la sociedad. El producto se libera del mercado ,de la competencia mercantil, y pasa a ser un servicio.
El proyecto Orsai demostró esto último con una iniciativa un tanto ambiciosa: Sólo mediante donaciones voluntarias, y ofertas de trabajo Ad honorem, levantarían un bar literario en Buenos Aires. En menos de 24 horas consiguieron aproximadamente más de centenar y medio de donaciones de lectores, que según Casciari en la charla de TEDx Rio de la Plata (el video al final de este post), oscilaron entre 20 pesos y decenas de miles de dólares. Es decir, existe gente con dinero y voluntad para invertir en aquello que considera valioso. El Orsai Bar existe hoy en San Telmo, y ya inauguró el cuarto número de la revista correspondiente al trimestre de Octubre, Noviembre y Diciembre. Aquellos que no donaron nada son tan dueños del bar como quienes donaron miles de dólares, y nadie va a sentirse herido o ultrajado con ello.
En algunos casos, la vulnerabilidad de los productos y la tergiversación de sus características puede considerarse una desventaja del modelo de Copyleft. Sin embargo, es exactamente la idea. Esta preocupación surge de la mentalidad del robo intelectual y de la propiedad privada de ideas y servicios. Del capitalismo limitativo y no voluntario colectivo.
Las experiencias humanas frente a esta realidad son muy varias, aunque siempre conllevan una satisfacción personal y hasta espiritual, con respecto a la cultura. Aquellas personas que participan con la libre distribución de su obra sienten la satisfacción de haber aportado su grano de arena a la sociedad global. A su vez, cualquier donación o devolución de cualquier forma representa un trato solidario y familiar en la relación productor-usuario. Tal es la retribución, que la filosofía del Copyleft está tomando dimensiones gigantes, donde grandes artistas y proyectos que en otra época hubiera sido una invasión propagandística especulativa (como las TED), hoy adhieren a lo libre y lo estéticamente limpio que representa no tener fines de lucro directo.